—…Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas la posibilidades. No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo; en otros, yo, no usted; en otros, los dos. En éste, que un favorable azar me depara, usted ha llegado a mi casa; en otro, usted, al atravesar el jardín, me ha encontrado muerto; en otro, yo digo estas mismas palabras, pero soy un error, un fantasma.
—En todos —articulé no sin un temblor— yo agradezco y venero su recreación del jardín de Ts'ui Pên.
—No en todos —murmuró con una sonrisa—. El tiempo se bifurca perpetuamente hacia innumerables futuros. En uno de ellos soy su enemigo.
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Omitir siempre una palabra, recurrir a metáforas ineptas y a perífrasis evidentes, es quizá el modo más enfático de indicarla.
(Jorge Luis Borges, El jardín de senderos que se bifurcan, 1941)
Sin precisar los caminos, principios y finales.
ResponderEliminarSiempre, Heisenberg....
Tener un tiempo de espera,
ResponderEliminartener un tiempo de descanso,
rodeados de arboles y flores
que recitan una poesía de silencio..
¿Y sabes? a mi me gusta haberte encontrado. Sin perífrasis ni metáforas...
ResponderEliminarl00k, la hipótesis de que todos los caminos existen a la vez resulta inquietante… ¿Habremos cogido la bifurcación buena?
ResponderEliminarSalomé, Tiempo de espera… Rodeados de árboles y flores… ¿Un locus amœnus oculto? ¿O cuando pierdes una conexión en el Changi?
ResponderEliminarMe ha ocurrido muchas veces que leyendo un texto y llegado a su final me encuentro que es una cita de un famoso. Confieso que me da rabia.
ResponderEliminarSaludos
Romek,
ResponderEliminarCitar a un famoso es sólo un modo de declarar la propia impotencia para decir algo original.